por Lola Zavala
A los 43
No olvidamos
Es inconmesurable el dolor de una madre que no sabe dónde está su hijo.
No sabe si su corazón late.
si tiene un resfriado,
si le alcanza para comer,
si está triste,
si sonríe.
Si ya no respira.
Si está muerto,
enterrado,
en pedacitos.
Si es polvo,
si vuela,
si fluye,
si reposa.
Hace tres años que busca.
Hace 36 meses que no encuentra.
Hace 1096 días y noches que sufre lo indecible,
que le duele hasta el aliento.
Llora.
Se siente engañada,
estafada,
ultrajada.
Se enrabia,
se levanta,
lucha.
Y sigue buscando.
Aunque pase un año.
Aunque pasen dos.
Y luego tres.
Aunque pasen mil.
No para nunca.
No puede.
Nosotros tampoco.
Nos siguen faltando 43.
Y más de 30 mil.
¡Vivos se los llevaron!
¡Vivos los queremos!