Bernardino Hernández, fotoperiodista mexicano, recibe el Premio Miguel Gil Moreno de Periodismo


De izquierda a derecha: Montse Novell, Directora de Comunicación del Consorci de la Zona Franca de Barcelona, Yaroub Akram Ali, Bernardino Hernández, Nuria Cabuti, CEO de Penguin Random House Grupo Editorial, Pato Macián, Presidenta de la Fundación Miguel Gil Moreno. Fuente: Europa Press

El fotoperiodista mexicano Bernardino Hernández, recibió el pasado jueves 24 de mayo de 2018, en Barcelona, el premio Miguel Gil Moreno de Periodismo, otorgado por la Fundación Miguel Gil Moreno y Penguin Random House Grupo Editorial. Con este premio han querido reconocer la labor de denuncia que ejerce Hernández sobre los fuertes retrocesos sociales experimentados en su país.

Durante la ceremonia, David Trías, tras leer el fallo del tribunal, anunció que Penguin Random House Grupo Editorial, pondrá en marcha un premio de periodismo de investigación en México para honrar la memoria de Javier Valdez, periodista mexicano asesinado el 15 de mayo del pasado año, para de esa forma exigir justicia y el esclarecimiento de su muerte.

El escritor mexicano, Juan Pablo Villalobos, fue el encargado de presentar el trabajo de Bernardino Hernández, destacando su capacidad objetiva para retratar, a través de sus fotografías, el imparable goteo diario de violencia que se vive actualmente en el puerto de Acapulco, en el estado mexicano de Guerrero. “Bernardino es de los pocos que se mete ahí, donde nadie quiere ir, y muestra lo que nadie quiere ver”.

El fotoperiodista Hernández agradeció el reconocimiento y al finalizar su discurso añadió “una guerra no lleva a nada. Los únicos que pelean son los gobiernos. Lo hacen por dinero y lo que nos destruye, son las armas.”

Bernardino Hernández Fuente: Europa Press

Miguel Gil Moreno(Barcelona 1967, Sierra Leona 2000) estudió Derecho y ejerció la abogacía hasta que a principios de los 90 dio un cambio a su vida y se marchó a Bosnia. Posteriormente fue camarógrafo y productor de Associated Press TV News. El 24 de mayo del año 2000, perdió la vida en una emboscada guerrillera en Sierra Leona. Hasta ese momento, Miguel había desarrollado una excelente, arriesgada y humanitaria labor profesional en numerosos frentes de batalla, como Bosnia, Kosovo, Congo, Liberia, Ruanda, Sudán, Chechenia y Sierra Leona. La Fundación que lleva su nombre se constituyó en el año 2002 para dar continuidad a su labor humanitaria, llevada a cabo durante sus años de trabajo como corresponsal de guerra.

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