por Raíces al aire
Ayer despertamos con el indiscutible triunfo de Andrés Manuel López Obrador, en las elecciones presidenciales de México. Por primera vez en la historia del país, un partido de reciente creación, MORENA, gana limpiamente y sin lugar a dudas, unas elecciones, dejando fuera a los dos principales partidos, PRI y PAN, que han gobernado en las últimas décadas y que han hundido al país en corrupción y violencia.
El partido es nuevo, pero la lucha no. Detrás de este triunfo hay muchas lágrimas y sangre derramadas. Mucha gente se ha quedado en el camino.
Las elecciones de este 2018 han sido unas elecciones limpias, pero no ausentes de violencia. Durante la campaña electoral hubo más de 112 personas asesinadas relacionadas con la política y hubo más de 400 agresiones a políticos y candidatos desde el 2017.
La gente ha dicho basta. Ha votado por el cambio y su elección se ha respetado. Andrés Manuel López Obrador, con el 93.5628% de actas capturadas, obtuvo el 52,96% de los votos, mientras que Ricardo Anaya Cortés, del PAN, obtuvo el 22,49% seguido de Jose Antonio Meade, del PRI, con el 16,40%.
También triunfó en votos emitidos desde el extranjero, de los 98,470 votos, obtuvo 63,863 sufragios a su favor, es decir, el 52,96%.
Sabemos que el camino es largo y que las promesas no serán fáciles de cumplir. Sin embargo, celebramos este cambio con los corazones llenos de esperanza y con los ojos tan abiertos como atentos a lo que está por venir.
Beatriz Gutiérrez Müller lo resume todo muy bien en esta canción que le dedicó a su marido y próximo presidente de México, Andrés Manuel López Obrador:
«Esta canción está dedicada a todos los luchadores por la democracia de México. Muy desde el corazón, a quienes murieron antes que nosotros y no tuvieron la dicha de ver este sueño realizado. Va por ellos. Va esta canción en memoria del gran demócrata mexicano Francisco I. Madero, asesinado en 1913; de Maquío y Salvador Nava, entre otros»
Hoy cantamos por mañana que es un hoy despierto…
