por Raíces al aire
16 de junio. Hoy celebramos el aniversario del nacimiento del fotógrafo Irving Penn (Nueva Jersey, 1917-2009). Penn revolucionó el mundo de la moda uniendo arte y publicidad, vanguardia y sentido comercial. Trabajó para la revista Vogue desde 1943 hasta su muerte y colaboró con numerosas revistas además de tener su propio estudio.
Sus imágenes son impactantes por su sencillez y porque trató a todos sus retratados como modelos de pasarela. Recorrió Latinoamérica y África con su estudio portátil, sus focos y sus fondos blancos, e hizo fotos de su gente. Fue criticado por ello pues decían que esas imágenes no tenían contexto y que carecían de conciencia social. Sin embargo, ese era su secreto: sacar de contexto a la persona para que su cuerpo fuera su única expresión. En ese sentido, una modelo de Manhattan y un niño de la calle de Cuzco reciben en su obra el mismo tratamiento.
Según dijo en una entrevista al diario The New York Times en 1991: «La gente a la que fotografié no era primitiva. La gente primitiva vive en Nueva York».
También es reconocido por su célebre frase: «Fotografiar un pastel también puede ser arte». Fue aquélla la principal característica de su estilo: la sencillez del «menos es más». Fotografió colillas, botes de cosméticos, botellas. Todo podía ser arte.
Muchos de los grandes retratos icónicos del pasado siglo son obra suya:
Fotos: The Art Institute of Chicago, Irving Penn Foundation y The Metropolitan Museum of Art
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