La comunidad Pájaros y la Biblioteca Vapor Vell dentro de la Bienal del Pensamiento, invitan a una jornada musical en dos tiempos
1 Presentación de libro:
Música dispersa. Apropiación, influencias, robos y remix en la era de la escucha digital” Rubén López Cano (Musikeon 2018). Con Silvia Martínez, Isabel Ferrer y el autor.
Biblioteca Vapor Vell,
Passatge del Vapor Vell, 1, 08028 Barcelona
19h Entrada libre
2 Fandango Jarocho Fiesta-Encuentro de músicas tradicionales improvisadas de México (Si eres músico y tocas algún instrumento acústico anímate a llevarlo)
Jardines de Can Mantega
C/ Joan Güell, 53, 08028 Sants-Montjuïc, Barcelona
21 a 24 h Entrada libre
El fandango es una de las fiestas tradicionales más vivas del sur de Vercaruz, en México. Es un encuentro al que se suman el baile, la comida, la música y los versos de son jarocho. No se trata de un concierto con un programa cerrado sino un encuentro que borra los límites entre público y artista, un espacio abierto a la improvisación que de alguna manera demuestra cómo las culturas tradicionales pueden operar en “código abierto”. En Barcelona se ha ido generando, desde hace unos años y de manera marginal, una comunidad mexicana alrededor de esta música y fiesta (acústica). La puerta siempre está abierta a músicos de otras tradiciones que quieran sumarse desde la voluntad por el encuentro entre las músicas iberoamericanas. En otras ocasiones han participado músicos de Brasil con panderos, de Argentina con flauta y guitarra, de Siria con laúd, de Colombia con percusiones. Las estructuras musicales son fáciles de aprender, hace falta escuchar y aprender los códigos y sumarse a la fiesta. También se pueden compartir versos octosílabos, muy comunes en otras músicas y también se pueden hacer versos improvisados y controversia.
Por ejemplo:
“Pajarito carpintero
dame tu filosofía,
porque quiero con esmero
enfrentar la tiranía
que gobierna al mundo entero…”
Música dispersa. Apropiación, influencias, robos y remix en la era de la escucha digital" Rubén López Cano Citas, alusiones, paráfrasis, apropiaciones, collages, arreglos, adaptaciones, covers, versiones, sampleos, remixes y memes; son formas de revisitar músicas preexistentes, apropiarse de algunos de sus elementos y reutilizarlos legítimamente o no, para producir más música. De Hildegard von Bingen a Dj Danger Mouse, todas las culturas musicales de todas las épocas han empleado estos recursos. Pero mientras sus procedimientos son unos cuantos y no han cambiado mucho a lo largo de la historia, su valoración y relación con ideales estéticos, principios legales y discursos de autenticidad y legitimidad artística, se han transformado radicalmente. Si para los compositores de las cortes de Aviñón o Milán del siglo XIV y XV citar ingeniosamente una y otra vez las canciones de los grandes maestros del pasado era un valor estético en sí mismo que les reportaba reconocimiento y prestigio, con las leyes de propiedad intelectual actuales, Beethoven, Schubert o Brahms no serían más que delincuentes comunes. La escucha digital no se limita a la portabilidad, ubicuidad y recuperación inmediata de nuestros contenidos privados. Es también el acceso súbito, nunca antes visto, a una inconmensurable cantidad de músicas de tiempos y espacios distantes y dispersos. Es la posibilidad de la escucha en serie, casi simultánea, de varias interpretaciones, arreglos, versiones y variantes de la misma pieza y la percepción directa de parecidos y coincidencias entre músicas distintas cuya detección solía ser prerrogativa exclusiva de especialistas. Navegar por la red en busca de la canción, versión o interpretación adecuada, nos revela hasta qué punto las nociones de innovación y originalidad, la creación exnovo, el genio solitario que crea un universo personal sin deudas con su pasado o su entorno inmediato, constituye un ideal que a menudo colisiona con las prácticas reales. Música dispersa muestra que la creación musical es menos una epifanía y más una conversación infinita entre creadores de todos los tiempos quienes con sus intercambios, apropiaciones y repeticiones, vertebran su propia civilización musical dotando de significado nuestras experiencias auditivas. Nos lleva de la mano por los entresijos de diversos procesos y registros de reciclaje; analiza críticamente los discursos de autenticidad que han mediado en nuestra relación con lo musical desde el papiro hasta el iPad o el móvil; detalla los diversospactos perceptuales implícitos con los que "disculpamos" nuestros placeres con la música grabada; pasa lista a los vanos intentos por reducir la música a objetos cerrados, concluidos y completos y manejables; y propone que el desafío mayor de la reciente remezcla y reciclaje digital no es su aparente saqueo indiscriminado del descomunal archivo musical atesorado en dos mil años y que ahora parece que se nos viene encima, sino su diáfana capacidad para mostrarnos que la música es un fluir indómito cuyo poder y originalidad está mucho menos afincado en su materia física, sus estructuras o componentes, o incluso en la genialidad inconmensurable de creadores, compositores, productores y postproductores. Su valor emana fundamentalmente de nuestra íntima historia personal con cada pieza, obra o canción.